miércoles, 9 de diciembre de 2009

Aprovechando un momento de reposo, reflexiones de Don Florencio Llaja Portal.




Autor:Florencio Llaja Portal.


Fue un día 20 de junio de 1927, día de tanta memoria para mí, por haber sido una mañana donde mis ojos vieron la primera luz del día en esos rincones más humildes de nuestra patria. En esa tierra idílica pasaron los años de mi niñez, mi juventud y cuando empezaba a enfocarme la etapa de la vejez, a causa de perder a mi querido padre, me convertí en un vagabundo y afrontando los devenires de la vida, llegué a conocer casi todo el territorio de nuestra patria, pero donde quiera con la conciencia sana y tranquila, sin manchar esa alma blanca, que me fue modulando en esa linda tierra uchucmarquina, sobre todo en Puémbol. Ahora que me encuentro muy cerca de los confines de mi vida, acompañado de los 77 de años de edad, sellando toda verdad de ahora y del mañana; quiero decirte: ¡tierra querida!: acuérdate de mi ,cuando la aurora abra al sol el mágico palacio, que será mi sepultura. Entonces entraré meditabundo y soñador, mi alma cruzará el espacio silencioso . Quizás tu corazón aún palpite por el que se va. Cuando la tarde a liberar te invite, oye una voz, que se dirige a ti diciendo a través del viento:
¡Acuérdate de mí!
Será el momento preciso en que mi alma, acomodando mi maleta, se marchará al otro mundo, dejando como recuerdo el adiós y para siempre.Será el instante preciso cuando las ilusiones, las tragedias, los placeres y las sonrisas han de quedar empaquetadas en la nada. El aurora de nuestro Puémbol anunciará un nuevo dia y mi recuerdo quizás se ha de borrar con el paso inexorable del tiempo.
Una recomendación a mis queridos coterráneos:
Si en otras edades del tiempo han aparecido manchas negras de incomprensión, traten ahora de realizar asambleas constantes y practiquen diálogos, sin demostrar incompatibilidad, antagonismos o rencillas para poder borrar esas manchas negras con tinta blanca.
En las asambleas hay que aprovechar la sabiduría, que es la capacidad de valerse del conocimiento y entendimiento para resolver problemas, evitar peligros, dar buenos consejos y alcanzar metas… En esos momentos, tan desesperados, que se encontrarían quizás, como quisiera convertirme en viento para llegar en un instante hacia ustedes, sin que nadie me pueda ver y asi llegar, como si fuera un pulso abierto, latiendo en el aire la figura del pensamiento. Ahora me encuentro muy lejos y la distancia está acabando mi vida, la gran cadena de montañas es la muralla – tan alta – que nos separa y anochece nuestra visión, sin tregua. Si ese amor algún día deja de ser mío, levanten sus ojos al cielo, las nubes de otoño hablarán de mí, que ahora soy hojas del viento, dueño del recuerdo. Cuando el destino me lleve, en esos surcos quedará sembrado, aquella planta, con sus hojas vivas, que ni el correr de los años lo podrán borrar. Muy al contrario, esos retoños, de día en día se levantarán hasta llegar al término, que todos lo pueden ver. Todo recuerdo que grabé en estas láminas de papel, son los frutos que recogí en aquellos tiempos, en que tenía a mi lado a mi padre y a mi madre, quienes alumbraron en mis ojos, como dos faros incansables,la senda por donde debo seguir. La bendición del cielo jugueteaba en mi alma como criaturas ingratas. Me sentía muy feliz sin competencia. Crecí en un rosal, hasta que llegó un día 13 de mayo de 1968, todas las oscuridades del mundo se reunieron en son y al unísono: destruyeron mi vida eterna y todos mis anhelos fueron derrumbados al fondo del abismo, dejándome sin esperanzas, abatido por el tiempo como hojas secas que arrastra el viento. Así, caminando como un ciego llegué a este lugar y sólo por considerarme un padre de familia, rodeado por mis hijos, me puse a construir mi domicilio.
Ahora que estoy marcando los 77 años de edad, quisiera viajar a ese lugar, a ese pueblo que lo fundé para recoger los dulces abrazos de mi tierra; pero al invadirme la triste nostalgia y doloroso recuerdo, dejarían de ser dulces, sino salobres y amargos, porque al llegar a ese sitio placentero, recordaré de todo. El destino me esta enseñando tantas cosas y prefiero detenerme, aunque quiero seguir caminando todavía, hasta el día que Dios me recoja.

Lima, 20 de mayo del 2005
Fotos:
Superior:Procesión del Señor de los Milagros,el 14 de setiembre de 1959.La foto es cortesia del señor Aristides Dominguez Prieto.
Inferior: Pobladores del distrito de Uchucmarca posando para el recuerdo.Año 1987.

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